La asturiana Paula Herrero ha protagonizado una de las irrupciones en la élite del atletismo español más asombrosas. Comenzó como nadadora en su Avilés natal hasta que a los 16 años empezó a practicar triatlón. Tras pasar primeramente por el C.G.T.D. de Pontevedra, acabó recalando en Madrid para entrenar con Ricardo Clavería con quien empezó a cosechar sus primeros éxitos.

En 2020 logró el título de campeona de España de triatlón en distancia olímpica y un año más tarde se coronó en distancia sprint. En 2022 volvió a subir a los podios nacionales en ambas modalidades y se proclamó, además, campeona de Europa de acuatlón. Pese a hacer la mejor temporada de su vida, los parciales que venía logrando en los tramos de carrera a pie auguraban el futuro que podría tener como corredora.

Y en 2023 tomó la decisión: Paula sería atleta. Se puso a las órdenes de Juan del Campo y Luismi Martín Berlanas y con apenas un par de meses de dedicación exclusiva a su nuevo deporte se convirtió en la nueva plusmarquista española de 10 kilómetros.

Tras dos años en el dique seco por lesiones óseas, en 2025 regresó a Avilés para ponerse en manos de la entrenadora y exatleta Alba García, con quien se encuentra cimentando su regreso a la élite de la larga distancia.