La mallorquina Lucía Pinacchio tuvo claro que quería ser deportista profesional desde que con 8 años comenzara a jugar al hockey. A los 12 empezó a practicar atletismo y con 14 se proclamó campeona de España por primera vez, en su primer año en categoría cadete en la distancia de 600 metros.

Empezó a entrenar con Tomeu Rigo y de su mano logró el pleno de títulos nacionales posibles en 800 metros en categoría sub-18, con dos en pista cubierta y dos al aire libre. En su segundo año alcanzó además su primer éxito internacional, al hacerse con el bronce en el Festival Olímpico de la Juventud Europea. En 2020, nada más acceder a la categoría sub-20, se subió a su primer podium en un Campeonato de España absoluto, colgándose la plata en la pista cubierta de Ourense en un alarde de precocidad insólito que luego constataría al hacerse con su primer título al aire libre en 2022 con solo 19 años.

Tras entrenar dos años en el C.A.R. de Madrid a las órdenes de Arturo Martín, y de un regreso en 2023 a Mallorca de nuevo con Tomeu marcado por una sucesión de lesiones y problemas físicos, en 2025 se puso en manos del entrenador barcelonés Pau Fradera para reconducir su carrera hacia la élite internacional.